Una creencia popular dice que el nombre de Nintendo significa “deja el destino en manos del Cielo”. Aunque esta creencia no tiene una base histórica – Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo durante 53 años y bisnieto del fundador, reconoció que él mismo no conocía el origen del nombre de la compañía –, refleja muy bien el espíritu de una compañía que ha dado al menos dos grandes golpes de timón en su negocio, confiando en que un nuevo rumbo hacia aguas desconocidas les permitiría sobrevivir: y aquí está, a punto de cumplir 135 años de historia en 2024. Nintendo fue fundada en 1889 por Fusajiro Yamauchi como fabricante de hanafuda, un tipo de naipes japoneses que se usan para diversos juegos de cartas. En 1882, el gobierno japonés había prohibido los juegos de apuestas “para promover una ética del trabajo”: las hanafuda, que se usaban mayoritariamente como pasatiempo, estaban entre las pocas cosas relacionadas con el juego que seguían permitidas, aunque muchos fabricantes decidieron retirarse cuando la yakuza (la mafia japonesa) se hizo con el control de los locales de juego. Esta escasez de competencia y de oferta en los pasatiempos benefició a la compañía en sus inicios. Además, al contrario que otras empresas que solo producían hanafuda de alta calidad (caras y difíciles de vender ya que eran de alta calidad y duraban mucho), Nintendo optó por una estrategia low cost, fabricando dos líneas paralelas de cartas: las tradicionales, de alta calidad; y las de plástico, mucho más baratas y dirigidas a un público popular.
En 1950 Hiroshi Yamauchi, bisnieto de Fusajiro, asumió la presidencia de Nintendo sucediendo a su abuelo Sekiryo Kaneda, hijo del fundador. Hiroshi fue presidente de la compañía durante 53 años, en los cuales dio dos grandes golpes de timón al negocio: su visión innovadora y flexible de los negocios a veces le hizo chocar con directivos de la vieja guardia, reacios a cambiar el rumbo que tanto éxito había dado a la compañía, pero sus apuestas demostraron ser acertadas.
En 1950 Hiroshi Yamauchi, bisnieto de Fusajiro, asumió la presidencia de Nintendo sucediendo a su abuelo Sekiryo Kaneda, hijo del fundador. Hiroshi fue presidente de la compañía durante 53 años, en los cuales dio dos grandes golpes de timón al negocio: su visión innovadora y flexible de los negocios a veces le hizo chocar con directivos de la vieja guardia, reacios a cambiar el rumbo que tanto éxito había dado a la compañía, pero sus apuestas demostraron ser acertadas.
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